ALIMENTACIÓN Y CORONAVIRUS: NUTRIENTES PARA PREVENIR EL RIESGO DE CONTAGIO
El coronavirus nos ha golpeado por sorpresa a todos, pero ya se empiezan a conocer datos fiables sobre cómo causa la infección y qué similitudes tiene con otros muchos virus de los que sí tenemos información contrastada. Por eso en este post analizaremos qué aporte de nutrientes, vía alimentación o vía suplementación, pueden ser claves para prevenir o disminuir el riesgo de contagio.
Ninguna de estas recomendaciones han sido testadas en estudios rigurosos, simplemente por falta de tiempo material, ya que este virus (SARS-CoV-2) es nuevo. Y tampoco ninguna de ellas sustituyen en ningún caso las directrices publicadas por las autoridades sanitarias sobre higiene y distanciamiento social. No hay una manera más segura para prevenir el contagio y la expansión del virus que mantenerlo lo más alejado posible de nuestros ojos, nariz y boca.
Hechas estas consideraciones previas, a continuación ofrecemos recomendaciones nutricionales específicas que ayudan a nuestro sistema inmune a luchar contra el COVID-19.
Vitamina A:
Es crítica para el funcionamiento del sistema inmune, desde la formación de esos pequeños ‘pelillos’ y de esa capa de moco que tapizan nuestras vías respiratorias impidiendo que los pequeños microbios lleguen a los pulmones hasta la producción de anticuerpos en la mucosa respiratoria.
Se recomienda 3000-5000 UI (unidades internacionales) de retinol, la forma activa de vitamina A (no betacarotenos), preferiblemente mediante la alimentación. En niños y embarazadas habría que reducirlo a la mitad.
Los alimentos más ricos en vitamina A son el hígado, el aceite de hígado de bacalao, la leche entera, la mantequilla, los huevos y el pescado azul. Las frutas y verduras de color amarillo, naranja, rojo y verde nos aportan betacarotenos que se transforman en retinol, sin embargo, permanece incierto cuál es la tasa de transformación de betacaroteno en retinol. Otra estrategia es tomar un suplemento de palmitato de retinol (en gotas es lo más cómodo) para lograr las cantidades deseadas.
No se aconseja suplementar con dosis más elevadas, ya que parece que la vitamina A aumenta la expresión de la molécula que el coronavirus utiliza para entrar en las células. Es más importante reducir la capacidad del virus de iniciar la infección que apoyar la producción de anticuerpos una vez que la infección ya se ha iniciado.
Vitamina D:
La obtenemos principalmente exponiendo nuestra piel a la luz solar y, en mucha menor medida, a través del consumo de pescado graso y productos lácteos enteros. Ayuda en la producción de péptidos antivirales, parece reducir el riesgo de sufrir gripe y en una revisión publicada en el British Medical Journal se ha mostrado efectiva y segura en la prevención de infecciones agudas del tracto respiratorio (1).
Al igual que la vitamina A, puede favorecer la entrada del virus en la célula en dosis elevadas. Teniendo en cuenta esto, la época del año en la que estamos donde los rayos del sol no son lo suficientemente fuertes para producir mucha vitamina D y el régimen de confinamiento que estamos sufriendo, es recomendable ingerir 2000-3000 UI de vitamina D al día para mantener unos niveles aceptables.
Zinc:
Conocemos que el zinc inhibe directamente a otros miembros de la familia de los coronavirus, así que es probable que resulte efectivo contra el SARS-CoV- 2 también. Por eso, es recomendable maximizar la cantidad de zinc que ingerimos hasta llegar a 40-50 mg/día en adultos. El zinc se obtiene de los alimentos y de suplementos en forma de comprimidos o de pastillas que se disuelven en la boca.
Las pastillas que se disuelven en la boca permiten que el zinc viaje a la nariz y a la garganta, donde se supone que podría comenzar la replicación del virus. El zinc de los alimentos y de los comprimidos se distribuye por todos los tejidos, incluidos los pulmones, donde la infección es más intensa. Así que lo ideal sería una combinación de zinc obtenida mediante la comida y, en su defecto, con comprimidos (evitar la forma de picolinato y de óxido) junto con pastillas disueltas en boca (en forma de acetato o gluconato preferiblemente).
Los alimentos más ricos en zinc son los de origen animal, entre los que destacan las ostras, las almejas, el hígado de ternera y la carne roja. Fuentes vegetales de zinc son las almendras, avellanas, anacardos y avena, aunque en estos casos la biodisponibilidad es más baja por la cantidad de fitatos contenidos en estos alimentos.
Extracto de saúco:
Las bayas de saúco se han mostrado altamente efectivas frente a otros coronavirus impidiendo su entrada a la célula.
Se comercializa en forma de jarabe, de comprimidos o de pastillas para chupar. ¿Cuánto debemos tomar? Estudios en humanos han usado dosis de 700-900 mg de extracto de saúco al día.
Vitamina C:
Es esencial para el funcionamiento del sistema inmune. No se ha estudiado frente a ningún coronavirus. Ayuda a la formación de una molécula súper destructora de virus llamada interferón. Sin embargo, los estudios no dejan claro si un exceso de interferón empeoraría la inflamación que lleva al daño pulmonar asociado al coronavirus.
Como es difícil predecir si la vitamina C va a ayudar o va a empeorar la situación, se recomienda obtener la cantidad suficiente de vitamina C (150 mg/día), preferiblemente de los alimentos, para apoyar al sistema inmune y no recurrir a una suplementación extra.
Ajo:
El ajo posee un componente antiviral llamado alicina. Aunque la alicina es efectiva contra los resfriados comunes y muchas de la neumonías y bronquitis de los niños, nunca se ha testado frente a coronavirus. La alicina se forma cuando el ajo es troceado o machacado y entra en contacto con el aire 5-10 minutos.
Los suplementos de ajo no aportan cantidades de alicina significativas, a no ser que se especifique ‘alicina estabilizada’. Por cierto, el calor destruye la alicina, así que no podemos confiar en el ajo que añadimos a nuestras recetas. Podría ser interesante, por tanto, tomar un diente de ajo crudo al día mientras la amenaza del coronavirus continúe.
Además de estas recomendaciones nutricionales y de las medidas de higiene y distanciamiento social, no podemos olvidar que nuestro sistema inmune también necesita una dieta de alimentos frescos, sin procesar, dormir bien, permanecer todo lo activo que podamos, gestionar adecuadamente el estrés derivado de esta situación, permanecer conectado con familia y amigos y tener una visión positiva.
Fuentes:
(1) Martubeay AR, et al. Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory tract infections: systematic review and meta-analysis of individual participant data. BMJ. 2017.