Cólico del lactante: qué es, cuáles son las causas y qué podemos hacer
Cólico lactante: cuáles son las causas y cómo puede ayudar la quiropráctica
El cólico del lactante es probablemente la causa no patológica que más amarga a las familias durante los primeros meses de vida de un bebé. Se calcula que aproximadamente un 20% de los bebés y sus familias lo sufren, pero ¿qué es?, ¿por qué pasa? y ¿cómo puede ayudar la quiropráctica?
El cólico del lactante se define como el episodio de llanto repentino, con rigidez del tronco o de extremidades (hipertonía), de predominio por la tarde-noche e inconsolable, es decir, que aún cogiendo al niño en brazos, no se calma, no se consuela. Esto último es importante porque nos hemos encontrado casos en los que el bebé llora sin consuelo pero se calma al cogerlo y esto es una respuesta absolutamente normal a la necesidad de apego que nada tiene que ver con lo que estamos hablando.
El cólico del lactante suele empezar a los 10-15 días de nacimiento, esto se debe a que durante los primeros días el sistema nervioso del bebé está en letargo, es cuando todo el mundo dice, “mi bebé es Maravilloso, solo come, hace caca y duerme”. A partir de los 15 días tras el nacimiento, es cuando el sistema nervioso del recién nacido comienza a modular su estado (de alerta o reposo) dando lugar a distintos síntomas.
El cólico del lactante es la principal razón de llamada de urgencia a nuestra consulta. Las familias llaman desesperadas porque su pediatra les ha dicho que el bebé está bien, pero no duermen, no descansan y no saben cómo ayudar al niño.
Aunque aún se considera de causa desconocida o se atribuye a la inmadurez digestiva del bebé, para nosotros el cólico del lactante sí tiene una causa predominante: el sistema nervioso del bebé está en estado de alerta.
Como explicamos en el artículo anterior, el sistema nervioso se divide en simpático y parasimpático. Si repasamos los estados de cada sistema, vemos que el estado simpático aumenta el tono muscular (hipertonía), altera la digestión, produce estreñimiento, etc. Por tanto, los bebés con cólicos no son más que bebés que sufren un sistema nervioso que no les deja estar en reposo.
El por qué se produce este estado es desconocido, pero sabemos que hay factores que pueden estar implicados en su aparición:
- Factores socioeconómicos, ansiedad materna, padres primerizos con cansancio extremo…
- Alteración de la microbiota intestinal. La microbiota intestinal del niño con cólicos severos es distinta en algunos aspectos a la de los niños sin cólicos. Esto se debe, entre otras cosas, al uso de antibióticos en el proceso de peri-parto. Por eso la recomendación de probióticos está aconsejada ya que no tiene ningún efecto adverso.
- Tipo de parto. Los casos de cólicos son más frecuentes en cesáreas y partos instrumentalizados porque causan estrés sobre el sistema músculo-esquelético y, por lo tanto, al sistema nervioso.
- Estreñimiento. Hay autores que describen el cólico como ‘la existencia de una hipertonía transitoria del esfínter anal originando ondas contráctiles del intestino grueso intensas y dolorosa’. Esta es una descripción que aporta luz a lo que llevamos años diciendo, ya que significa tener el ano contraído. ¿Qué os recuerda un mamífero con el ‘culo cerrado’? A un estado de miedo nervioso
Al analizar los casos de mayor incidencia, comprobamos que todos ellos coinciden en un mayor estado de estrés/miedo en el entorno familiar, consciente o inconsciente. Hoy en día el proceso del nacimiento y todo lo que conlleva nos genera muchos miedos. Vivimos en una sociedad donde las madres hemos perdido la seguridad de ser capaces de parir y lo delegamos en un sistema médico entrenado para solucionar los problemas. Nuestro YO de mujer desaparece en parte con las renuncias que conlleva el postparto (esto daría para un libro entero) y a su vez la situación psicoemocional del postparto es muy dura.
Por eso la quiropráctica ayuda tanto con el cólico del lactante. Con ajustes quiroprácticos específicos devuelve al bebé a un estado de reposo (parasimpático) donde los síntomas asociados disminuyen o desaparecen. Si no hacemos nada, el cólico ‘desaparecerá’ a los 3 o 4 meses, pero no la causa y, por tanto, se manifestará de otras maneras en diferentes fases de la vida.
¿Qué otras cosas pueden ayudar a mejorar los síntomas del cólico?
- Cualquier cosa que ayude al bienestar familiar mejorará el estado del bebé y viceversa.
- Evitar visitas, sobretodo de personas que puedan no aportar a este momento e incluso pongan a la madre/bebé más nerviosos.
- Pelota de Pilates, si si, ¡lo que oyes! El movimiento calma mucho a los bebés, lo percibimos casi sin pensar, por eso nos ponemos de pie y subimos y bajamos. La pelota nos permite sentarnos y poder “botar” sin cansarnos y cuidando nuestra espalda. Además que es mucho más efectiva. ¡Esto es uno de los mejores descubrimientos que nos agradecen las familias!
- Lactancia materna, son muchas las razones porque la que las madres deciden o no dar el pecho y eso es algo muy personal. Pero nos encontramos con madres que deciden dejar la lactancia y dar biberón creyendo que la situación puede mejorar, ya que a veces da la sensación que se queda con hambre. En estos casos recomendamos, si la madre quiere, que continúe la lactancia materna, ya que la leche de fórmula es más difícil de digerir y no va a aportar ninguna mejora.
Hay pocas cosas que nos generen más satisfacción en nuestro día a día que ayudar a las familias a disfrutar de la llegada de un bebé y, sobre todo, que el bebé se desarrolle en un estado óptimo.
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